viernes, 27 de enero de 2012

Picante en mis oidos

¡Por Dios y la Virgen Santa, que se calle! Hace por lo menos diez minutos que tengo a este sujeto hablando y hablando!.
Lo que no termino de entender es cómo comenzó esta conversación, perdón,  este monólogo. ¿Habrá sido cuando nos sirvieron la comida gomosa que aún no descifro si se trata del desayuno, del almuerzo o de un simple tentempié – tentenaire, mejor dicho? Jajaja, pero que ocurrente estoy a pesar de mi agotamiento.

Sin dudas fue durante el servicio de la cenameriendadesayuno. La azafata de ébano había depositado la bandeja con otras bandejitas dentro, un vasito, unos cubiertos de plástico (los de metal son las armas de los terroristas), la mantequita - mantequilla, el quesito, el aderecito “barra Italian Dressing”, una auténtica  vianda de  Pulgarcito.
Con unas pocas migajas de curiosidad y la flacidez del tenedor como único elemento de exploración, comencé el análisis de esos “manjares del aire”. Espesos y grumosos revueltos de… de…. ¿de qué serán? Algo similar a semillas, porotos, papas pisadas y cebollas teñidas de rojos intensos con algunos verdes salpicados por allí. Sólidos rectangulares que simulan postres tipo tiramisús. ¡Qué rápido se me cierra el apetito en los vuelos! Pero había que matar el tiempo y sí, cometí el error de probar las excentricidades de abordo.

Pero claro que sí! Ese fue el momento fatal cuando se abrieron las compuertas de este dique parlanchín y, desde entonces, su avalancha de palabras no hace más que enterrarme más y más y más….

Podría jurar por toda mi familia que yo no he dado ningún calce a este sujeto, ningún indicio de plática cordial, nada de nada.
Después de ocho horas de viaje, otras tres de escala en Johannesburgo y ahora, en vuelo por 9 horas más a mi destino en India, estoy plenamente segura que no he motivado en absoluto el desborde oral de este muchacho.

Lo que sigo sin comprender es como una inofensiva comida derivó en este monólogo infinito. Bueno, evidentemente tan inofensiva no ha sido la comida, porque analizando los sucesos, ella fue el elemento detonador de esta catástrofe verbal.

Mientras yo intentaba rehacer mi humanidad tras la ínfima degustación de los manjares picantes elevados a la ene -  una voz en off comenzó a sonar para nunca más callar.
-         Debes tener cuidado, estamos llegando a la India y todo tiene mucho picante aquí –  me advirtió – tarde – el pasajero pasillo por medio. Lo miré sin mirar, gruñí el primero de los tantos “ajás” por seguir,  al que  acompañé con mi educada media sonrisa.

-         Si te fijas, a tu izquierda encontrarás un potiche redondito, con una especie de crema blanquecina, tipo yogurt, llamado “kurd”. El “kurd” es el bombero de las comidas, se sirve siempre para apagar los incendios bucales. ¿Entiendes? El kurd es como el bombero siempre listo para apagar el fuego del picante, ji ji ji ji – no puede terminar la frase de la risa que le causa su  estúpida explicación metaforizada. Neruda te dicen…

Lo miré de reojo mientras con la cuchara comprobaba la consistencia del tal kurd siempre listo para salvar bocas en llamas.
A ver, a ver…. ¿no es obvio que no tengo ganas de hablar, no es evidente que la boca me pica como mil demonios y no se cae de maduro que estoy descerebrada de cansancio?
Son todas señales fluorescentes que el flaco no sabe detectar, y hasta creo que lo envalentonan a continuar con su misión de predicador- consejero en vuelo. ¡No ha parado de hablar ni para respirar!

¿Y a mí que carajo me importa donde naciste y adonde vas? Todo lo que me estás contando es un plomo remachado, esto de que es tu segunda vez en India, pero que  estoy acostumbrado porque mis padres son indios y en casa comemos alguito de picante. Yo nací en Chile y ella, mi hermana, nació en China. Yo soy indio-chileno y ella, mi hermanita, es china-india-chilena. Mira si no es particular.

Y vos hermanita china india chilena ¿qué mirás con esta cara bombardeada de acné y esa sonrisa encorsetada de brackets? Ni se te ocurra empezar a hablar a vos también, ¿eh? A ver, dejá de sonreir, seguí comiendo, eh chito… así, bien, soooo…..

No lo puedo creer, tengo poderes telepáticos, dominé el atisbo de charla de la chiquita.
Mirá que tranquilita se quedó, hasta se puso los auriculares. Ésta seguro que no va a molestar más. Garantía de mentalista.

- Mira – el mira de este indio-chileno es un balazo en la mitad de mi frente -  tu eres de Buenos Aires ¿no es cierto? Lo noto por tu acento, es tu primera vez en India, viajas con tus otras dos amigas ¿verdad? ¿Te quedarás en Mumbai? Nosotros hemos pasado un día enterito en Johannesburgo, haz visto, para que el trayecto no se nos hiciera tan largo y tan tedioso.

No, no he visto nada. Pero ¿por que no te callas? diría con certeza protocolar el Rey de España. ¡Coño, joder!
Ay pero a mí no me sale, yo no puedo callarte. Es que esta maldita educación que tengo encima. ¿Quién me habrá enseñado tanta cordialidad?
El pibe habla y habla y habla, se abusa de mi ser “gente de bien” y yo acá, atada de pies y manos.
Si tuviera más calle ya te hubiera sacado a vender almanaques y le ibas a llenar los oídos de “miras”, “verdad” y de “no es ciertos” a tu abuela. Plomo, plomazo, hijo de una gran perra, dejáme dormir, la re mil que te parió.

Mis labios permanecen sellados, sigo medio sonriendo, solo atino a mover suavemente la cabeza y a cambiar el tono de mis “ajás”.
Qué se yo, tal vez si logro algún ajá más ronco y grave se dé por aludido y amaine el bombardeo.

No tengo carisma,  no tengo habilidad, no tengo resto físico ni mental para despegarme de esta pesadilla. Soy una pobre víctima de un abusador verbal y nadie me viene a socorrer, carajo. ¿Qué viajo sola yo acaso? Eh? ¿Y mis amigas donde están? Perras, ya duermen. ¿Y el resto? ¿No éramos doscientos y pico de pasajeros, eh? Así está el mundo, sálvese quien pueda. Manga de cobardes, todos se hacen los dormidos….. ¡Qué lo tiró!  Siendo  MIS  6 de la mañana y habiendo dormido de a puchitos toda la noche, ¿porque tendré que padecer esto yo sola?

-         Viajamos también con mi abuela, la Susana, aquí adelante – prosigue éste ser indómito señalando el asiento delante de mío.

De repente es como si un rayo de sol iluminara directamente el asiento de adelante y un delicado coro celestial arrojara sus suaves y cálidos acordes
¡Hay una luz en el camino,  la vieja está cerca! Las abuelas son de fierro, se bancan  todo, está en su naturaleza constitutiva.Tengo altas probabilidades de intercambiar el receptor de este monólogo, si, si si!!!

Urgente, debo hacer alguna intervención inteligente, dejar armada la cancha, incluir a la vieja y, chau, la dejo pegada en esta conversa. Un plan de diez.
Tranquila, despacio, a ver, de que está hablando este indio chileno, algo donde yo pueda meter baza. Y sí, no es tarea sencilla, pero voy a lograrlo, una palabrita que pueda introducir, algo ingenioso de mi parte…

Ahí aparece la abuela Susana asomándose despeinada por el pasillo.
¡Qué amorosa como me saluda moviendo la cabeza!

Si te callás un poquito nene, me dejás pasar un avisito y cambiamos el rumbo de la historia… a ver papá…. Dejáme introducir un bocadillo y le hago el entre a la nona….

¿Pero qué hace? ¿Por qué se toca tanto la oreja?
Ay no te lo puedo creer, que mala leche….. la vieja tiene un audífono!

Zorra! Se vé  conocés bien a la pesadilla de tu nieto y te estás bajando el  aparatito. Sí, date vuelta ahora, vos sí que vas a poder dormir, como el resto de estos degenerados, insensibles.

Pero qué desastre, mi estrategia hundida, recontra hundida.  
Se necesita con urgencia dadores de un plan B.  ¡Un plan B, por el amor de Dios!

-         Mis padres están sentados adelante, para que papi pueda estirar las piernas – continua incansable el insufrible - , y yo viajo aquí atrás con mi hermanita -  por suerte, la adolescente chino-indio y no sé que otra nacionalidad enarbolaba, sigue embebida en la pantallita individual que cuelga del respaldo del asiento delantero.

¡La pantallita individual que cuelga del respaldo del asiento delantero. ¡Mi plan B se materializó! ¿Cómo no se me ocurrió antes?
Evidentemente mis facultades mentales están anestesiadas: es que tanta palabra taladrante que desde hace 50 minutos me martiriza….
Estoy salvada, ya mismo la prendo, me calzo los auriculares y ¡sanseacabó!

¿Pero qué pasa con esta porquería que no enciende? ¿Esta pantalla no es touch screen? Más fuerte no puedo tocar, la voy a perforar.

Ehhhhh, no ¿qué hace? ¿Por qué se levanta? Ay no, que ni se le ocurra carajo, que empiezo a gritar…. Lo tengo casi encima, ¿que quiere prender mi pantalla?   AGHHHH que olor a chivo, que hijo de ….. salí, mierda, rajá de acá…..

Solo atino a mirar hacia la ventanilla conteniendo todo el aire que mis pulmones pueden retener.

No te lo creo, la hizo funcionar, que maestro el charleta este…
Bueno listo ya, ahora tomátelas, fuyá, juira ..  

No te puedo creer, se sentó el apoyabrazos de mi asiento. ¿Pretenderá hablarme a centímetros de mi cara? Pero que equivocado estás, chiquito……. Tonta sí, estúpida no, decía mi tía abuela… Mirá como te corro sin decir una palabra. Así, mi codito puntiagudo te echa suavemente, no necesito hablar, este es MI apoyabrazos. ¿Ves? Mirá como te vas, indio chileno desubicado.

-         Uy perdona – de un salto se retira de mi espacio vital y se sienta en su propio apoyabrazos. A buen entendedor pocas palabras…

Parece que está cómodo nuevamente, porque desde allí comienza a narrar la genealogía de su familia de Gujarat, una ciudad al noroeste de India donde viven sus primos y algunos tíos, otros han fallecido, y en esta oportunidad se reunirán todos sus parientes vivos (obviamente los vivos, pienso impaciente). Después de 8 años y medio de no verse celebrarán la bodas de plata de unos tíos, el hermano más joven de su madre,  y de su esposa, jovencita ella, fíjate tú que yo recuerdo haber asistido a su boda, tendría yo unos 5 o 6 añitos, mi hermanita no había nacido, o sí, habías nacido tú, serías entonces una bebé ...

¿Qué será de la vida de mi tío Enriquito, el hermano más chico de mamá? Hace años que no se sabe nada de él. Desde su casamiento con esa copetuda al pedo, ¿como se llamaba? ¿Griselda, Graciela, Gisella? Ay no me acuerdo. Pero que cosa, yo tenía 9 años cuando se casaron, es más, fui cortejo de los novios. Nunca me gustó el vestido que me hicieron poner, tenía esas florcitas medio caches, verde agua. Bueno pero Griselda, o Graciela, bueno su mujer siempre tuvo un carácter… De novia toda modosita pero cuando se casó, onda que lo cazó, y nos mostró los dientes a todos. Mi abuela siempre dice que mostró la hilacha. Y sí, lo alejó a Enriquito de todos nosotros. Hay que ser yegua, que le costaba integrar, sumar en la familia uno siempre lo intenta porque los afectos son sagrados, lo importante es la familia…

-          … y en el séptimo día de la boda, el útimo de todos los festejos, ya estábamos tan cansados, habíamos comido sin parar, los adultos había bebido como si fuera a acabarse el mundo y que no se acababa justamente era el vino, parecía que lo fabricaban ahí mismo, cuanta abundancia…

¿El innombrable ya contó toda la semana de festejos nupciales? ¿Me habré quedado dormida? ¡Este hombre no tiene paz!

A esta altura deseo con todas mis fuerzas que volemos por turbulencias le quiten el habla, no tiene pinta de valiente. ¿O será mejor que llame a la azafata y le pida una frazada? No, esa es una interrupción muy tenue, necesito algo más contundente.

Si tan solo me sacaran estas bandejitas con esta mierda picante tendría más movilidad para salir de acá. Estoy presa, literalmente presa de las palabras, del picante, de la mar en coche. Como se me ocurrió hacer un viaje tan largo, cómo nadie de mi familia me aconsejó que me quedara en Buenos Aires. ¡Esto es el mismísimo infierno!

-         Mira, - con su ya familiar y escalofriante “mira” se autointerrumpe – deberás disculparme, mami me está haciendo señas, algo debe estar precisando con papi, seguramente necesita que lo acompañe al toilette. Tu sabes papi  sólo no puede …..
.
-         Faltaba más, atendé a tu padre – ahora soy yo la que interrumpe sorprendida de escuchar mi propia voz carrasposa por el desuso. Ya es demasiado, no puedo soportar más. Lo único que me falta es saber que es lo no puede hacer el viejo en el baño.

Con toda la falsedad de la que soy capaz, araño fuerzas desde lo más íntimo de mis entrañas y le sonrió ampliamente.
Feliz de ver su espalda flaca alejarse, respiro hondo y vuelvo a inspeccionar las bandejitas de comida aérea. Nada parece tan picante ahora.

Ahí se va, qué cosa … como alguien puede ser tan denso y no tener el más mínimo registro? Pobre tipo, es que es un pobre tipo. Habló y habló y ni siquiera sé como se llama. Es que está tan centrado en su familia,  pensando en su hermana, su abuela, su mamá, su papá con discapacidad. Siendo tan joven, ocuparse de toda su familia, con tanto cariño y sin ninguna queja.

Estuve un poco mal. Es que yo  cansada me convierto en un monstruo terrible. Cuanta impaciencia le tiré, no hace falta hablar para mostrar fastidio. Y se lo hice sentir bien sentido, le tiré toda la mala onda posible. A una persona tan servicial y de valores tan puros, haberle hecho este desplante … Soy una guaranga, casi ni lo miré, refunfuñé cada cosa que decía…

La tormenta ya pasó, el silencio reina en el 56 D y yo llena de remordimientos. Así tampoco voy a poder dormir.

Ahí viene el indio chileno, que buen hijo, ya ayudó a su papá y viene sonriente. Apura el paso, seguro que tiene algo nuevo para contarme. Algo de su familia, valuarte en su vida, que papel central juegan sus afectos en este ser tan joven! Es un manojo de valores a imitar.

Alerta roja! Se accionó un sensor autoprotector. Cuidarse, no bajar la guardia. El tipo viene charlando solo, la pesadilla puede a continuar. Alerta, alerta.

Rápido, debo obrar con rapidez, no hay tiempo para pensar. Ya está me calcé las antiparras de dormir y tengo bien ajustados los auriculares. Inmunidad absoluta, protección garantizada.

Mujer precavida vale por dos.


Carolina Tocalli
3 de Octubre 2010